Mario de Vega vive y trabaja en Berlin y la ciudad de México. Su obra destaca las capacidades e incapacidades de la percepción, con intervenciones de sitio especifico, proyectos de proceso, esculturas y acciones.

 

Con su práctica artística cuestiona y confronta la vulnerabilidad humana y la percepción de la realidad, creando distanciamiento. En sus obras crea situaciones para espacios particulares. Asume la imposibilidad de control de las acciones y los resultados de sus intervenciones, para explorar el valor de la fragilidad y la indeterminación. De Vega se permite explorar y reflejar sobre los factores de lo desconocido, lo inesperado, lo invisible, lo inaudito y por lo tanto, impredecible.

La obra musical de Mario de Vega explora la inestabilidad. Involucra una amplia selección de aparatos electrónicos, sistemas electro-mecánicos e interfaces de computadora, diseñados por él mismo, en distintas combinaciones; realiza performances sólo y también colabora con diverso tipo de músicos.

Su trabajo ha sido expuesto en distintos contextos a través de Europa, México, Norteamérica, Sudamérica, Rusia, India, Sudáfrica, Corea y Japón.